Un ejemplo claro de cómo la luz actúa sobre la arquitectura es el Monasterio Los Benedictinos. En donde la forma se adecua para captar la luz y producir efectos alucinantes en ella. La arquitectura se amolda a los propósitos y programas.
Las estructuras y las formas que se van esculpiendo tanto en el interior como en la fachada del Monasterio, son el mero resultado para la incidencia de la luz sobre él y sus consiguientes variantes para generar una gama de iluminación natural completamente versátil en cada espacio, de acuerdo al programa de cada lugar.
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